Zelensky, influencer de guerra
Hay cientos de artículos en Internet alabando las habilidades comunicativas del presidente ucraniano y lo cierto es que, su valentía, su coherencia y su creatividad a la hora de contar y gestionar la guerra, lo merecen. Estamos ante un hombre que, gracias a un uso increíble de la comunicación, está cambiando el rumbo de la historia. Es difícil encontrar ejemplos de grandes compañías que, incluso gastándose miles de euros en asesores de comunicación, hayan afrontado una crisis con semejante determinación, construyendo de la nada una figura tan potente.
Los profesionales de la comunicación nos encontramos ante un nuevo claro referente, un líder comunicativo nato, un influencer de guerra. Porque no hay que olvidar que Zelensky de formación es abogado, pero ha ejercido como actor, humorista, productor, guionista y director de cine; y esas dotes, las deja ver. En uno de los momentos más duros de la invasión, cuando se cumplían tres semanas del inicio de los bombardeos rusos, lanzó un video cinematográfico, con una ejecución perfecta, pidiendo a su pueblo que resistiera. Era más propio de una final de Champions que de una guerra.
Su valentía lo hace único, pero su estrategia comunicativa también. Domina los nuevos canales de comunicación, las redes sociales, las tecnologías. Gracias a ellas ha conseguido estar presente, sin dejar un solo minuto el puesto de mando, en los principales Parlamentos del mundo, pidiendo ayuda y solidaridad a los políticos. Relata a golpe de tuit el horror de su pueblo, los bombardeos, las muertes. Su vídeo del 26 de febrero desde las calles de Kiev tiene más de 19 millones de visualizaciones. YouTube se ha convertido en su mejor altavoz y sabe que él mismo es el portavoz que Ucrania necesita.
Transmite cercanía, sencillez. Es directo, emocional. Conoce a su público, sabe llegar a él. Entra en nuestras casas, nos hace partícipes del drama que está viviendo su pueblo y todo, sin hablar nuestro idioma, ni saber quién era Volodimir Zelensky hasta hace un mes. Haya estrategia o no detrás, estudie o no la escenografía, los espacios, incluso, piense o no la ropa que elige en cada momento, resulta un líder natural, espontáneo y sin artificios. No necesita filtros, ni corbatas.
No sabemos si los ucranianos ganarán la guerra, tampoco si Rusia insistirá mucho más habiéndose encontrado semejante respuesta, lo que está claro es que Ucrania no era una democracia ejemplar antes de la guerra, estaba lejos de ser aceptada en la Unión Europea pero hoy somos todos un poco más ucranianos, menos rusos y el mundo entero sabe identificar los colores de la bandera de Ucrania y quién es su presidente. Incluso lo importante que es para él su mujer.
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