¿Sirven de verdad las redes sociales para vender?
¿Cuántos likes tiene la página de Facebook de tu empresa? ¿Y esos centenares de ‘me gusta’ se han traducido en ventas? Las redes sociales nacieron para ser punto de encuentro de amigos y conocidos, y, de paso, para hacer networking. Pero pronto se han convertido en la plaza en la que todas las marcas quieren estar, porque saben que es allí donde está su público. Pero tanto esfuerzo en márketing en redes, ¿acaba en compra?
Hace unos meses leíamos que el analista digital Ricardo Fraile decía en su blog que «las redes sociales no sirven para vender, porque los usuarios no ingresan a las plataformas comerciales para buscar productos o servicios, lo hacen básicamente para entretenerse«. Pero si esa es la meta de los fieles a Twitter o a Facebook (por poner como ejemplo a dos de las principales redes), también debe ser obligación de las organizaciones que quieren estar presentes en el imaginario colectivo de su segmento objetivo estar en esas plataformas para poder conectarse con sus potenciales clientes. Y aquí llega la siguiente pregunta: ¿qué hacer para llamar su atención?
Debemos, por tanto, abandonar la idea de que un usuario, tras ver un anuncio en Google, va a lanzarse a meter ese producto en su carrito y facilitar su tarjeta de crédito. Ellos utilizan las redes para informarse de las compañías que les interesan y les dan un contenido de calidad, que pueden compartir y del que pueden opinar. Hacer marca es cuestión de paciencia y de ofertar algo que interese y entretenga.
Hay que entender estas plataformas como uno de los primeros filtros de compra que utilizan los usuarios para decidirse por un servicio o un producto en particular. Y aquí radica la labor marketiniana de las compañías en redes: tienen que atraer la atención y generar confianza. Algo que, por otro lado, tampoco se consigue únicamente con contenido de calidad, también es necesario el feedback, que los usuarios comprendan que esas firmas a las que siguen en Pinterest o en Instagram cuentan con un servicio de atención al cliente directo y eficaz. No hay que olvidar nunca que la utilidad de las redes para los usuarios se extiende hasta el final del proceso de compra, porque no son pocos los que se explayan en sus opiniones, buenas y malas, después de probar cierto producto o un servicio determinado.
El uso de las redes sociales por parte de las empresas no es baladí. Algunos estudios aseguran que 4 de cada 10 usuarios compran un producto o contratan un servicio después de haberse informado a través de las redes. Por lo que podemos concluir con la certeza de que la notoriedad y la visibilidad que proporcionan estas plataformas son necesarias para el crecimiento comercial de las empresas.
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