Fit for 55: ¿Estaremos en forma para el año 2030?
Prepárense para la transformación. La crisis sanitaria mundial que estamos viviendo ha puesto en jaque al mundo. También la Unión Europea ha experimentado uno de los momentos más decisivos desde su creación. La lección aprendida es clara: un club de 27 países liderado por economías fuertes debe estar preparado ante situaciones imprevistas o, al menos, tener los mecanismos engrasados para responder rápidamente y de forma eficaz.
Por este motivo, la Unión Europea quiere liderar el cambio energético mundial que debe acometer el planeta de forma responsable, adelantándose así a una posible crisis climática que ya desde hace años, en algunas zonas del mundo, es visible. Las cifras del último informe de la Organización Meteorológica Mundial alertan de una situación que exige objetivos concretos a corto, medio y largo plazo, y que modificarán nuestra forma de vida.
No es un tema baladí. En el discurso sobre el estado de la Unión en septiembre de 2020, la presidenta de la Comisión, Ursula von Der Leyen se comprometió a presentar un plan integral y revisar la legislación de la UE sobre clima y energía. Y tras una extensa evaluación del impacto y habiendo comprobado que el marco político actual es insuficiente, la Comisión ha presentado esta semana un paquete de medidas conocido como el Fit for 55, cuyos dos objetivos prioritarios son reducir un 55% las emisiones para 2030 (con respecto a 1990) y ser el primer continente climáticamente neutro en carbono para 2050.
En palabras del vicepresidente de la Comisión y líder del European Green Deal, Frans Timmermans, “no hay tiempo que perder, es un plan de transformación sin precedentes y muy difícil de lograr, pero es nuestra obligación actuar ahora y no dejar un futuro negro a nuestros hijos y nietos”.
¿Qué hay que hacer para eliminar la contaminación, frenar el calentamiento global, establecer una economía circular e impulsar la competitividad de la industria europea?
El plan presentado es ambicioso y nos obligará a cambiar nuestras formas de transporte, consumo y producción, entre otras cosas. Plantea más de 10 proyectos legislativos y establece medidas que endurecen las exigencias internas, pero también las externas a terceros países. Este plan deberá ser discutido con el Parlamento Europeo y con los gobiernos de los veintisiete a lo largo del próximo año.
Por ejemplo, la UE multiplicará por dos la cuota de las energías renovables en 10 años, eliminará de la circulación los vehículos más contaminantes, penalizará a aquellos edificios que no limiten sus emisiones de dióxido de carbono y encarecerá las importaciones a aquellos países que no cooperen en la lucha contra el cambio climático. También se ha comprometido a garantizar, a través del fondo social climático, una transición justa para las regiones, los sectores y los trabajadores que se vean más afectados.
Un tercio de los 1,8 billones de euros del plan de recuperación y resiliencia NextGenerationEU y el presupuesto de siete años de la UE financiarán el Pacto Verde Europeo. Se espera que este gran esfuerzo modernice la economía, genere innovación y una ventaja competitiva, al tiempo que garantiza la seguridad y la resistencia del suministro de energía y los beneficios para la salud.
En detalle
En este Pacto Verde, la nueva legislación y el paquete Fit for 55 recién presentado han trabajado muchos comisarios europeos, porque afecta a la mayoría de los sectores económicos, como son la agricultura, la automoción, la energía, los metales, los bienes de consumo, el transporte o el sector financiero. Veamos algunos detalles:
• El transporte será el sector más afectado
El transporte representa, aproximadamente, una cuarta parte de las emisiones de gases de efecto invernadero de la UE. Y, contrariamente a otros sectores como la energía y la industria, las emisiones están aumentando, por lo que hay que invertir esa tendencia, reduciéndose al menos un 90% para mediados de siglo. Los coches son el gran objetivo: se tendrán que fabricar automóviles de cero emisiones y ampliar en gran medida los puntos públicos de recarga. A partir del año 2035 no se podrán vender coches nuevos con motor de combustión (Diesel o gasolina). En 2026, el transporte por carretera estará sujeto a derechos de emisión y se pondrá precio a la contaminación, por lo que se fomentará el uso de combustibles más limpios e invertirá en tecnologías limpias.
El sector de la aviación también se verá afectado, puesto que, hasta ahora, gozaba de una situación excepcional, y la Comisión propone tarificar el carbono. Esta será la manera de fomentar combustibles sostenibles para los aviones. El sector marítimo verá ampliada la tarificación y recibirá ayudas para que los puertos suministren electricidad en tierra a los barcos.
• El presente y el futuro pasa por energías renovables
El objetivo de la Comisión es impulsar este tipo de energías para descarbonizar el sector eléctrico. Además, se comprometió ante la ONU a alcanzar esa neutralidad energética para 2050, por lo que la Unión Europea deberá alcanzar una cuota del 40% de energías renovables para 2030. Esto generará nuevos puestos de trabajo, la electrificación de la economía y la limpieza energética.
Para que se reduzcan las emisiones, consumidores e industria debemos reducir nuestro consumo un 36% para 2036, por lo que se adoptarán medidas que ayuden al ahorro energético. Esto también afectará a los edificios y viviendas que, siendo públicos o privados, deberán renovarse y adaptarse a las exigencias propuestas. Por ejemplo, los Estados miembros tendrán que renovar anualmente y de forma obligatoria, como mínimo, el 3 % de la superficie total de todos los edificios públicos.
• Habrá un mecanismo de Ajuste del Carbono en Frontera
Esta será una herramienta nueva que Bruselas ponga en marcha para tratar de evitar que los países terceros con exigencias menores en legislación climática se beneficien. La UE impondrá un arancel a aquellos productos importados en la UE que hayan sido producidos con emisiones, como pueden ser el acero, o incluso la electricidad. Es decir, se le pondrá un precio al carbono.
El Pacto Verde Europeo debe ser un ejemplo positivo para que nuestros socios internacionales decidan emprender estos cambios. Por eso, la Comisión pretende que la Unión Europea lidere este camino, de forma que otros países puedan seguir el ejemplo impulsados por los logros alcanzados. De nuestra innovación y conocimiento especializado podrá beneficiarse el mundo entero y nuestras empresas abastecerán al mercado internacional.
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