El COVID-19 ha cambiado drásticamente nuestros hábitos digitales
Todo ha cambiado. Desde que se proclamó el Estado de Alerta y nos vimos obligados al confinamiento en nuestros domicilios para combatir el coronavirus COVI-19, el uso de la tecnología ha experimentado un aumento nunca visto.
La plataforma DE-CIX, líder mundial de puntos de intercambio de internet, registró el mayor nivel de actividad en la historia. En concreto, tal y como recoge Marketing Directo, la compañía de análisis alcanzó los 8 terabits por segundo. Una auténtica barbaridad. Sin embargo, esto se podía prever con el inicio de la crisis en China, donde más de 60 millones de personas estuvieron confinadas durante más de cuatro semanas.
Durante el tiempo que la provincia de Hubei, epicentro de la infección, se registró un aumento histórico en las descargas de aplicaciones provenientes de dispositivos chinos. En concreto, según datos de Financial Times, y que recoge Expansión, en la semana del 2 de enero hubo más de 222 millones de descargas en China a través de la tienda online de Apple. Y un mes más tarde, en febrero, se registró un aumento del 40% con respecto a la media de todo el año anterior.
Pero traslademos estos datos a Europa. Las medidas tomadas por el Gobierno Italiano y Español para combatir la pandemia a la que nos enfrentamos ha obligado, prácticamente a todo el mundo, a teletrabajar. Es decir, a estar conectado desde casa casi doce horas para enviar, recibir, planificar o rehacer acciones, presupuestos, etc. Y si a esta nueva manera masiva de trabajar, le añades las actividades y clases virtuales que están ofreciendo tanto centros educativos como universidades, se multiplica por 100 el uso de internet. Es decir, los que no utilizaban internet en casa por intentar desconectar del mundo exterior, ahora están obligados a estar casi conectados 24/7.
Sin embargo, este consumo de internet no solo está ligado al trabajo. Con el panorama y la continua información que nos llega, no paramos de demandar información tradicional, es decir, los medios de comunicación para estar al día de lo que sucede, de lo que no sucede, de los bulos, de las medidas, etc. Además, las personas continúan teniendo contacto con las amistades más cercanas a través de videoconferencias o aplicaciones que conectan en vivo y en directo. Es cuestión de supervivencia, ya que, según los principios antropológicos, el hombre es un ser social por naturales. Por esta razón, en un estado de confinamiento nacional no podemos permitirnos vivir sin estar conectados.
Una industria que saca beneficio de la crisis
Se está hablando que la crisis del coronavirus provocará una crisis económica sin parangón. El parón de la economía, la falta de consumo y el cese de la actividad está provocando muchos ERTES (Expedientes de Regulación Temporal de Empleo) y que muchos negocios pequeños estén obligados a darse de baja en el registro por la imposibilidad de hacer frente a los gastos.
Pero hay una industria que está sacando beneficio de esta situación: los juegos digitales. Ya solo en China, las descargas que se produjeron durante el confinamiento dieron un impulso de 150.000 millones de dólares a esta industria.
De hecho, como recoge Expansión, “las acciones de Tencent, el mayor proveedor de juegos móviles de China, están en máximos de 20 meses. La capitalización de mercado de la compañía supera ya los 500.000 millones de dólares. Por su parte, las acciones de New Oriental Education, que proporciona educación online en China, han subido un 17% este año”.
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