El caso de la RFEF: los audios robados
El mes de abril ha sido un popurrí de medidas económicas para paliar las consecuencias de Ucrania. Sin embargo, uno de los temas que más ha destacado ha sido el caso de la RFEF. El lunes 18 de abril, El Confidencial publicó unos audios privados de whatsapp y e-mails del presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Luis Rubiales, donde se hablaba sobre el traslado de la Supercopa de España a Arabia Saudí.
Pero vayamos por pasos. Antes de que se publicasen estos audios, la RFEF emitió un comunicado institucional el 14 de abril denunciando que habían sufrido un ataque informático donde se sustrajeron de forma ilegal documentos, conversaciones y audios privados del Presidente y el Secretario General. La crisis estaba servida. El departamento de comunicación se puso en alerta y comenzaron a desarrollar un plan de contingencia definiendo el discurso, los mensajes y la estrategia a seguir en caso de que el material sustraído se hiciese público.
Estalló la bomba. El Confidencial publicó a primera hora de la mañana del lunes 18 de abril un fragmento de audios y correos electrónicos que causó un gran revuelo en la opinión pública. Poco tardaron los detractores de Luis Rubiales en pedir responsabilidades. Los medios deportivos, los más leídos en España, se hicieron eco y abrieron sus ediciones digitales con este tema. La crisis había estallado.
Para contener el golpe, la Federación hizo unas declaraciones sobre el contenido publicado, diciendo que la negociación por la Supercopa en Arabia Saudí fue “limpia y clara”. Pero no se quedó ahí, sino que confirmó que Kosmos, la empresa de Piqué, actúo de intermediario y que tuvo un gran beneficio para el fútbol español.
Como saben todos los gestores de crisis, ante una situación parecida hay que actuar como lo hizo la RFEF: con celeridad y claridad. Es cierto que el medio avisó al organismo de la publicación de este contenido y pudieron prepararse. Pero este primer comunicado hizo que los medios no tirasen de otras fuentes para saber qué estaba pasando en la Federación. Se constituyeron en fuente de referencia dejando sin espacio a otras fuentes “cercanas”, que es lo que hay que hacer ante una situación de estas características.
Gerard Piqué, el otro implicado en los audios, optó por una estrategia de choque a diferencia de la Federación. Una comparecencia. Lo hizo tan rápido porque quizá no dependía de ninguna estructura burocrática y era más libre de hacer y deshacer a su antojo. El jugador y empresario emplazó a los medios a las 23.30 horas para atender preguntas y dar su versión de los hechos. No fue antes porque ese mismo día jugaba el FC Barcelona contra el Cádiz a las 21.00 en el Camp Nou.
Gerard Piqué en su comparecencia ante los medios en su canal de Twitch
Esta comparecencia sirvió a Pique para no esconderse y dar imagen de seguridad y tranquilidad. Desveló que El Confidencial le contactó para avisarle de lo que se iba a publicar, de las comisiones y adelantó otros temas. El mensaje no fue el mejor y las formas de afrontar las preguntas tampoco. La imagen que dio fue de prepotente, diciendo que no veía el problema que le presentaban algunos periodistas. No volvió a aparecer en toda la semana.
Al día siguiente, El Confidencial continuó publicando nuevas informaciones. Esta vez mencionando al rey emérito Juan Carlos I para que intercediese por el proyecto a petición de Piqué. Además, se mencionaban a otros equipos como el Real Madrid, el Atlético, el Valencia, entre otros. La bola se empezaba a hacer más grande. Personajes públicos como el Cholo Simeone, entrenador del Atlético de Madrid, habló sobre este tema en rueda de prensa; el Valencia emitió un duro comunicado al respecto; y Xavi Hernández, entrenador del F.C. Barcelona, se pronunció sobre ello.
La Federación aprovechó esa mañana, cuando estaba en pleno ojo del huracán para hacer un “tour” por los programas de radio más relevantes y contar su punto vista. A medida que iban pasando las horas salía nuevas informaciones. Las portadas de los periódicos deportivos se dedicaban a este tema. Los grandes medios nacionales replicaban la información de El Confidencial y estaba en todas las televisiones. Comenzaba a ser insostenible. Sin embargo, a media tarde del martes 19, la Federación anunció una comparecencia de Luis Rubiales ante los medios.
La comparecencia del miércoles comenzó con una imagen de fuerza. No solo fue Luis Rubiales, sino que fue acompañado por grandes personalidades del fútbol y por su Junta de Gobierno. La imagen que dieron fue de total apoyo y confianza al presidente. Empezaron bien.
El comienzo del discurso fue claro. Durante el primer minuto de la comparecencia mencionó la palabra falsedad más de cinco veces, dejando así clara su postura. Y continuó con su intervención dándole la vuelta a la tortilla. Durante la rueda de prensa explicó el porqué de hacer la comparecencia ese día, el tratamiento entre ambos implicados, cómo sucedieron las cosas y los beneficios de ese contrato en directo.
Pero desde el punto de vista de la comunicación, el tratamiento de framing fue brillante. En vez de entrar a valorar las acciones y poner el foco en todo lo que se hizo público, habló de que el problema más grave fue el robo de los datos de su teléfono. Y esa fue su línea argumental. Por supuesto, respondió a todas las preguntas de los periodistas con más o menos acierto, pero el foco comenzó a cambiar. Se comenzó a identificar a Rubiales como víctima más que como instigador.
Tras pasar la tormenta mediática, Luis Rubiales aprovechó uno de los eventos deportivos del año para terminar de cambiar el foco de la conversación: la Copa de SM el Rey. En varias entrevistas pactadas con varias televisiones como DAZN o Mediaset España, consolidó el mensaje del robo de los datos. Frases como “Que te roben no se lo deseo ni a mi peor enemigo” o «He recibido muchas muestras de cariño, voy a seguir trabajando por el fútbol español» encabezaron las webs de medios deportivos de primer nivel.
Una misma crisis y dos estrategias diferentes. La de Piqué que no contaba con el respaldo de profesionales y fue el peor parado, a pesar de que adelantarse y ser el primero en dar explicaciones fue un acierto. Sin embargo, la Federación aunque más lenta consiguió “amortiguar el golpe”. Dicho esto, hay que aclarar que, tanto la imagen del presidente como la de Gerard Piqué han salido muy dañadas de esta crisis reputacional y que tendrán que trabajar duro para restablecerla. Este es nuestro punto de vista de cómo actuaron los perjudicados del caso de RFEF.
El caso de RFEF: La foto destacada es de Rodrigo Jiménez / EFE
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