Comunicación directa al corazón
Recientemente he escuchado una frase en el contexto de un nuevo proyecto de comunicación y marketing que estamos llevando a cabo que me dio mucho en qué pensar: “En resumidas cuentas, hay que humanizar la marca y que los consumidores y usuarios sepan que se dirigen a personas”.
Qué gran razón tiene esta afirmación. Y lo más curioso es que es de aplicación en un sector en el que a priori nunca pensaríamos que pudiese tener sentido, en este caso una APP tecnológica para gestión de recursos.
En este sentido, y a la hora de comunicarnos de tú a tú con el cliente o usuario, creo que hoy por hoy hay dos ejemplos muy significativos en el mercado de los que podemos extraer muchas conclusiones que aunque no sean de inmediata aplicación en muchos sectores sí nos pueden dotar de fuente de inspiración.
El primer ejemplo del que me gustaría hablar es el de Balay. La verdad que a priori vender electrodomésticos muy maduros en su ciclo de vida y donde las innovaciones tecnológicas son fácilmente reproducibles por la competencia y aportan relativamente poco valor al usuario suena desalentador. Y más para una empresa española compitiendo con fuertes marcas sobre todo de Alemania. Pero ante este reto el equipo de MKT y comunicación de Balay ha apostado por una estrategia claramente emocional que creo está surtiendo mucho efecto. Desde sus primeros anuncios donde conocíamos empleados de toda la vida de su fábrica, donde nos hablaban con cercanía, despertando nuestra empatía y deseos de colaborar con ellos y ayudarles, descubriendo valores como la amistad, el desarrollo a través del trabajo, el compañerismo… Cerrando el mensaje con “un poquito de mi”… Vamos, un verdadero cuento de Navidad. A partir de esas ideas principales (las personas, el compromiso, el trabajo bien hecho, la marca España…) explican las prestaciones de sus productos y su calidad y las desarrollan con diferentes temáticas emocionales: los jóvenes trabajadores, los empleados de toda la vida, las mujeres, los niños, la familia, la integración de trabajadores con discapacidad… Lo que te apetece después de ver estos anuncios es poco más que irte a la fábrica de Balay, darles un abrazo a todos y llevártelos de cañas. Y por supuesto ayudarles comprando sus productos.
Otro gran ejemplo de MKT emocional es el empleado por Casa Tarradellas en sus últimos spots publicitarios. El caso es parecido al de Balay porque las pizzas son al fin y al cabo una commodity donde Italia es la que tiene el sello de calidad original. Pero…¿Cómo no identificarse con esa abuela que una tarde de domingo y mientras juega al parchís con su familia propone tomarse una pizza cuando en realidad lo que quiere decir es “anda, no os vayáis que lo estamos pasando muy bien”?. Tremendo. ¿Cómo no te vas a identificar? ¿Cómo no te vas a implicar con la marca, si te está proporcionando la excusa perfecta para disfrutar de tu tiempo en familia?
A la hora de comunicar nuestro mensaje no debemos olvidar que nuestros clientes y usuarios son personas que aprecian que te pongas en su lugar y les hables directamente al corazón.
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