Claves para una buena estrategia de marca o branding

Una estrategia de marca va más allá de la creación de un simple logo, una página web, un nombre o una tipografía. Tiene que haber un plan, a largo plazo, que vaya más allá de lo propiamente “tangible”, donde los valores de la propia marca queden bien definidos. Debe tener un significado y transmitir emociones al público objetivo. De esta manera, la marca será sólida y podrá preservarse en el tiempo.

Para desarrollar una buena estrategia de branding es necesario tener un objetivo claro. Las marcas suelen nacer con una promesa, pero para distinguirse de otras marcas hay que tener un objetivo muy definido desde el comienzo. Ese objetivo puede cambiar con el paso de los años, pero lo normal es que siempre siga siendo el mismo o presente ligeras modificaciones.

Es importante estudiar a la competencia previamente, conocerla en profundidad para poder diferenciarnos y destacar sobre ella. Además, debemos saber a quién se va a dirigir la marca, es decir, realizar un perfil del consumidor para que las posteriores estrategias de posicionamiento vayan encaminadas hacia la correcta dirección.

Dentro de la estrategia de branding, hay que elaborar un buen plan de comunicación. Es este plan el que hará que la marca se posicione de la manera adecuada. La forma de comunicarse con su público y sus campañas de marketing tienen que estar perfectamente estructuradas y pensadas para lograr los efectos y la rentabilidad buscada. Por ejemplo, hoy en día, es primordial para una marca el estar presente en las Redes Sociales o en cualquier plataforma digital para estar accesible en todo momento.

Aunque la marca vaya asociada a un producto o servicio, tiene que presentar unos valores y son esos atributos los que identificarán siempre a la marca, pero el logo, el nombre y la tipografía son partes esenciales en el proceso de creación de marca. El nombre tiene que ser original pero también corto, fácil de pronunciar, de escribir y de recordar, teniendo en cuenta que esa palabra puede tener un significado negativo en otro país, en caso de expansión de la marca.

En cuanto al logotipo, puede ser un texto o una imagen, pero lo imprescindible es que sea sencillo y representativo. También son importantes los colores elegidos porque cada uno puede transmitir una sensación diferente a los clientes. Por último, hay que señalar el eslogan: una frase pegadiza, que defina el producto y que la haga fácil de reconocer y recordar. A veces, es más fácil recordar un eslogan que un logotipo y es capaz de transmitir, de una manera más eficaz, los valores de la empresa.

La página web de la marca debe ir en consonancia con la filosofía e imagen que se quiere transmitir e incluir un menú que pueda responder a todo lo que busque nuestro público. La presencia en la Red es muy importante y no tener una buena presencia puede hacer que los clientes se decanten por la competencia.