Cuando la imagen es la clave

Dicen que una imagen vale más que mil palabras, y en la publicidad encontramos un sinfín de ejemplos que pretenden materializar el dicho. A veces, los creativos consiguen transmitir justo lo que persiguen y otras necesitan ayudarse de palabras. De cualquier manera, la comunicación necesita imágenes, requiere de formas, colores, luz para dar forma a un mensaje. Y en el mundo 2.0 la imagen es la reina.

Reflexiones, consejos, críticas y, en definitiva, humor, es lo que nos regaló durante décadas Forges. Retrató una sociedad, la española, con sus bondades y miserias e incluso acuñó nuevos vocablos, como ‘bocata’ y ‘muslamen’, que la Real Academia Española acabó admitiendo. Ayer este genio nos dejó huérfanos de sus dibujos, de su Mariano y su Concha y de otros tantos personajes que ahora podemos recordar gracias a sus libros y a la hemeroteca.

Forges fue pionero de una época que expresa todo en imágenes. Somos adictos al móvil y a contar nuestras cosas a través de emojin, memes y gifs. Nos cuesta explicarnos con palabras y elegimos las imágenes para resumir nuestras emociones y estados de ánimo. No sólo eso. Vivimos en un mundo en el que, para elegir un libro, escoger un viaje o comprar un dulce nos guiamos por la imagen, por la fotografía de turno del influencer del momento que nos muestra en su Instagram su afortunada vida y lo alucinante que es lo que lee, visita o come. Las empresas lo saben y buscan dominar el lenguaje visual para aumentar sus ventas y destacar los productos de los de la competencia.

El logo, la paleta de colores, los soportes visuales… Todo suma (o no) para la marca de una empresa. El diseño es tan importante que puede convertir a cualquiera en cliente si le seduce lo que ve. Y es que está demostrado que el cerebro humano procesa 60.000 veces más rápido la información visual que la escrita y apenas contamos con 5 segundos para que una web, una campaña publicitaria o un mensaje visual enamore a sus potenciales clientes.

También es cierto que hay que tener talento para atraer a la gente a través de la imagen y transmitir lo que se pretende. La imagen tiene un alto componente subjetivo y cada cual puede ver en un dibujo aquello que quiere ver y no precisamente lo que pretende el que lo publica. Aun así, en la era Youtube contar con la imagen, los colores y los impactos visuales es esencial. Y te vamos a dar cuatro motivos:

  1. Mayor comunicación y conexión emocional. Sí, al parecer el cerebro recuerda mejor las imágenes que los textos. Una ventaja más que poderosa para elegirlas frente a discursos elaborados y sesudos de los que luego no se recordará más del 10%. Además, lo visual causa una emoción mucho más fuerte que lo escrito. Sobre todo en esta época, en la que todo se consume rápido y apenas se digiere, las imágenes (y los storytelling) se convierten en los mejores aliados para cualquier empresa que quiera ‘venderse’.
  2. Viralización. Una imagen se comparte mejor que un texto. Esto es un hecho. La gente prefiere compartir fotos, dibujos, chistes visuales, vídeos que textos que ni siquiera se habrán leído hasta el final.
  3. Cada vez dedicamos menos tiempo a casi todo. Vivimos en un mundo vertiginoso, en el que todo pasa muy deprisa, y en el que la fidelidad de los clientes ya no es lo que era. De ahí que las marcas precisen de imágenes que generen ese enganche con el público.
  4. Acudamos a las cifras: el 90% de los compradores online asegura que el contenido audiovisual ayuda en la decisión de compra, y el 85% está dispuesto a comprar en tiendas online en las que hay imágenes cuidadas e incluso en 3D.