¿Cómo han afectado los influencers al panorama mediático?

Las nuevas tecnologías han alterado completamente los paradigmas de la comunicación en los últimos años, especialmente desde las redes sociales. La revolución que empezó con la aparición de los blogs y de los medios digitales nativos, y que forzó a los medios de comunicación tradicionales a renovarse, ha llegado a un punto álgido con la aparición y consolidación de los influencers.

Con base en una comunicación de consumo rápido, diseñada para los públicos jóvenes que utilizan sus teléfonos móviles como principal dispositivo de información, la figura de los influencers se ha convertido en un fenómeno masivo que resulta de especial importancia para una industria como la de la comunicación corporativa y las relaciones públicas. Así como nos dirigimos a los medios para garantizar una visibilidad sólida de las compañías, también nos damos cuenta de la relevancia que tiene que se hable de ellas en redes sociales, especialmente en perfiles especializados con una masa fiel de seguidores.

Lo que ha conseguido el influencer es crear un contenido de alto interés para una audiencia muy concreta, y lo han sabido hacer de una manera cercana, creando una relación mucho más palpable que la que un usuario puede tener directamente con un periódico (impreso o digital) o una cadena de radio o televisión. El hecho de que estas personas sean una identidad clara y abierta a una comunicación multicanal continua, explica en parte su auge y consolidación. También han conseguido un alto grado de fidelización de sus públicos, recibiendo un seguimiento constante a todas sus actualizaciones.

Del mismo modo, el grado de especialización es una parte importante del éxito de los influencers. Las audiencias generalistas son cada vez menos comunes y se ha ido viendo una especie de ‘especialización’ de los usuarios de redes sociales, en relación con sus aficiones o puestos de trabajo, entre otros. Por eso no encontramos casos de influencers que se dediquen a dar información general, sino que están enfocados a sectores productivos o de entretenimiento; los hay que son humoristas, analistas deportivos, pero también políticos o económico-financieros. Esto, cuando su perfil se consolida, los convierte en líderes de opinión con los que una marca quiere contar, y espacios en donde la presencia de una corporación es de suma importancia.

Estas personas se han convertido en marcas mediáticas con reputación y credibilidad, y en parte, eso los convierte en un competidor para los medios, pero, a su vez, crea un interés altísimo en las empresas. La magnitud del alcance de este fenómeno global ha afectado también a la forma de hacer marketing y publicidad, ya que muchas compañías deciden nombrar a ciertos influencers embajadores de su marca.

Lo que este fenómeno, todavía muy joven, ha puesto de manifiesto una vez más es que la forma de hacer comunicación es algo completamente variable y una industria en la que hay que adaptarse constantemente para no quedarse atrás. Los influencers se han convertido en uno de los jugadores más importantes del mercado para medios de comunicación, empresas y agencias, y la sensación es que han venido para quedarse.